El SMS quiere imponer dos años de suspensión al facultativo Parra y cuatro a Ray, que fueron denunciados por catorce enfermeros por incumplir sus obligaciones.
Dos años y un día de suspensión de funciones para el facultativo José María Parra Romero y cuatro años, tres meses y un día para su compañero Víctor Glenn Ray López constituyen las duras sanciones que el Servicio Murciano de Salud (SMS) ha impuesto a estos dos cirujanos cardiovasculares de La Arrixaca, como responsables de la comisión de faltas muy graves en el ejercicio profesional. La resolución, recientemente notificada a los afectados, ha sido recurrida por estos, por lo que no podrá ejecutarse hasta que se vea confirmada, si es que acaba ocurriendo, y adquiera carácter firme.
Los expedientes disciplinarios contra ambos médicos se abrieron a raíz de la denuncia presentada en abril del año pasado por catorce profesionales de enfermería de La Arrixaca, que desvelaban presuntos incumplimientos graves de sus obligaciones por parte de estos facultativos. Una vez terminada la investigación interna iniciada por el SMS, el instructor ha llegado a la conclusión de que ambos son merecedores de duras sanciones por la comisión de faltas muy graves.
«Notorio incumplimiento»
En concreto, según han confirmado a 'La Verdad' fuentes próximas a este procedimiento, José María Parra Romero es declarado responsable de una falta muy grave, consistente en «el notorio incumplimiento de sus funciones o de las normas reguladoras del funcionamiento de los servicios», por lo que se le impone la sanción de dos años y un día de suspensión de funciones.
Los dos médicos han recurrido la resolución ante la Consejería, por lo que todavía no es firme.
El expediente ha servido para confirmar, según se establece en la resolución, que este facultativo no atendió «a los requerimientos que se le hizo por el personal de enfermería para valorar a los pacientes en días laborables, incluso en caso de urgencia o durante las guardias de presencia física». Solo asumía esa labor cuando era la propia supervisora quien lo requería para ello. Igualmente «no realizaba las revisiones de pacientes citados en planta tras el alta precoz o trasladados desde la UCI a planta». Todo ello «con perjuicio no solamente para los pacientes, sino de sobrecarga de trabajo para sus compañeros». Tampoco utilizaba adecuadamente los programas informáticos que permiten hacer un seguimiento de los pacientes (Selene) o en el que se reflejan los cambios de tratamiento farmacológico (Silicon).
Esos mismos hechos se los atribuye el SMS a su compañero Víctor Glenn Ray, a quien sanciona igualmente con dos años y un día de suspensión de funciones. Pero, además, le achaca la comisión de otras tres faltas graves, consistentes en haberse ausentado de su puesto de trabajo el día 25 de julio de 2018, entre las 21 y las 22 horas, y haberle dejado el 'buscapersonas' a una telefonista antes de la finalización de su guardia de presencia física; haber abandonado otra guardia de presencia física el 14 de septiembre de 2018 entre las 15 y las 17.30 horas y dejar esa responsabilidad en manos de un residente MIR de primer año, y por último haber tratado «con grave desconsideración» a una enfermera de su servicio.
Recurso de alzada
Un portavoz del SMS confirmó a este periódico que los afectados por la resolución han presentado recurso de alzada ante la propia Consejería, por lo que las sanciones no son firmes en vía administrativa y, por ello, aún no se pueden ejecutar.
Salud afirma que causaban «perjuicio a los enfermosy sobrecarga de trabajo a sus compañeros»
Los doctores Parra y Ray fueron quienes meses atrás dieron origen a un fuerte enfrentamiento con sus superiores jerárquicos, al denunciar entre otras cuestiones que ellos dos estaban siendo víctimas de un supuesto acoso laboral. El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del SMS estudió el asunto y concluyó que no solo no existía indicio alguno de acoso, sino que recomendó que se procediera a investigar a los dos facultativos por la posible comisión de faltas graves en su actuación profesional. El rechazo que provocaba en algunos ámbitos del centro hospitalario la actitud de estos dos médicos quedó de manifiesto en la denuncia firmada «de forma masiva por los profesionales» de enfermería. No menos relevante fue el hecho de que seis compañeros suyos, cirujanos cardiovasculares, llegaran a pedir por escrito que no se les programaran intervenciones quirúrgicas junto a los cirujanos Parra y Ray «por la propia seguridad de los pacientes y por nuestra propia salud y tranquilidad profesional», tal y como desveló 'La Verdad' en una amplia información publicada el pasado mayo.
Los dos facultativos, que llegaron a estar apartados preventivamente de servicio mientras se instruía el expediente, también denunciaron ante la Fiscalía Superior de la Región que se estaban produciendo muertes de pacientes mientras se encontraban en lista de espera, un asunto sobre el que en apariencia todavía no se ha adoptado una decisión por parte del Ministerio Público.
Fuente: LaVerdad